"...es mayor el tiempo que debo agradar a los de abajo que a los de aquí. Allí reposaré para siempre. Tú, si te parece bien, desdeña los honores de los dioses." Antígona, Sófocles.



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miércoles, 16 de marzo de 2011

OTRO POCO DE HUMOR:

SI DEL TABACO SE LLEGA A LA VIRTUD, ¡DE LAS SILICONAS VIENEN TODOS LOS VICIOS!

por el Dr. H. Chavez Sp. A. (Speaking about All)


¿Por qué habrá elegido ese paisaje tan bucólico con rumiantes de fondo?


lunes, 14 de marzo de 2011

UN POCO DE HUMOR: ¡DEL TABACO A LA VIRTUD!






Digan lo que digan Aristóteles y toda la Filosofía, no hay nada igual al tabaco: es la pasión de la buena gente, y quien vive sin tabaco no es digno de vivir. No solamente rejocija y purifica los cerebros humanos, sino que también él instruye a las almas en la virtud, y uno aprende con él a volverse buena persona. ¿No te das cuenta de que, desde que se lo usa, de manera obsequiosa uno lo comparte con todo el mundo, y como uno es impulsado a ofrecerlo a diestra y siniestra, por doquiera uno se encuentre? Uno ni siquiera espera que se lo pidan y se adelanta al deseo de los otros: tan cierto es que el tabaco inspira sentimientos de honor y de virtud a todos los que lo usan…”.

Molière; Dom Juan; Act. I; scène 1; en Le Tartuffe, Dom Juan, Le Misanthrope; ed. G. Couton; Gallimard, Paris 1981; p. 157.

jueves, 10 de marzo de 2011

ÉTICAS FUNDADAS EN EL FIN Y ÉTICAS FUNDADAS EN EL DEBER

El fin del obrar es un bien, o algo que lo parece, que atrae a la persona y que da sentido a su vida. Los moralistas se han preguntado cuál puede (o debería) ser ese fin: algunos pusieron el placer, otros el poder, otros la virtud, otros el dinero, la sabiduría, la contemplación de Dios, etc. Y también existieron otros que relegaron esta cuestión como carente de importancia para la moral. En su lugar pusieron la obligación o el deber construyendo morales legalistas. “Esto se hace porque está mandado”, “cumplo con la ley aunque no esté de acuerdo”, “Dios es omnipotente y puede mandar cualquier cosa”, etc.

El comprensión de estas dos perspectivas, la del fin y la del deber, tiene gran importancia en la práctica de la vida moral individual y grupal, porque el que obra solamente por obligación es propenso en momentos de crisis a no reconocer ningún deber; al contrario, el que obra por un fin que da sentido a su vida, será más flexible en el obrar concreto, sabiendo que la adecuación al fin tiene muchos matices, y solamente será ‘inflexible’ con aquellas cosas o acciones absolutamente contradictorias con el fin. Por ejemplo, como decía Aristóteles, no hay ningún matiz para considerar respecto del homicidio, del adulterio, etc. En cambio, si alguien piensa que no se puede matar solamente porque Dios lo manda o la ley lo prohíbe, y si esa persona es convencida de que Dios pide matar, ... ¿por qué no lo haría si la prohibición de matar depende sólo de un mandato vivido como arbitrario? Y lo mismo sucede si en lugar de Dios ponemos el Estado, la Constitución, el consenso democrático, el partido, la causa, etc.

Un cuadro comparativo de estas dos perspectivas pueden verlo en:




Dos autores importantes para profundizar este tema:

S. PINCKAERS, Las fuentes de la moral cristiana; Pamplona, EUNSA, 1988.
J. PIEPER; Las virtudes fundamentales, Madrid, Rialp, 1980
Además de Discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbona: